Las Mujeres en el Poder, ¿Por qué no llegan más a estos espacios?

1/3/2023
Mujeres MEF
Las mujeres y las niñas representan la mitad de la población mundial, sin embargo, la desigualdad de género persiste y provoca el estancamiento del progreso social y solo permite que la economía global llegue a la mitad de su potencial.
Sofía Hanna

Sofía Hanna

Mujeres en Finanzas

En 1948 la Declaración Universal de Derechos define por primera vez en la historia los derechos y las libertades fundamentales que deben disfrutar todos los seres humanos, mujeres y hombres por igual. En 1970 se celebra el primer Año Internacional de la Mujer, el primer Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer y la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en México. Tras más de 100 años desde los inicios del movimiento sufragista de las mujeres y tras décadas de valiente activismo, en muchos países las mujeres logran votar en la década de 1980. Hoy en día, a pesar del movimiento y a pesar de tanta lucha, continuamos enfrentándonos a situaciones como el que los talibanes les prohíban a las mujeres estudiar en la universidad en Afganistán, que hoy, 1 de cada 3 mujeres sufra violencia a lo largo de su vida, que sólo 1 de 4 parlamentarios sean mujeres a nivel mundial; y que se tenga previsto que hasta 2086 se cerrará la brecha salarial. La desigualdad de género es endémica y las mujeres siguen teniendo que luchar por el liderazgo todavía hoy.

 

Las mujeres y las niñas representan la mitad de la población mundial, sin embargo, la desigualdad de género persiste y provoca el estancamiento del progreso social y solo permite que la economía global llegue a la mitad de su potencial. La representación de las mujeres en la política todavía está rezagada. En 2015, únicamente el 22%de todos los escaños parlamentarios nacionales estaban ocupados por mujeres, lo que representa un ligero aumento desde el 11,3% observado en el año 1995. A causa de la pandemia, retrocedimos 20 años en la participación del mercado laboral, volvimos a los números del principio de siglo. “Estamos recuperando nuestra participación, pero en precariedad, sin derechos, donde pagan migajas de subsistencia y es recuperar la “economía” pero lo hacemos a costa de la salud, procesos y calidad de vida,” dijo Mercedes D’Alessandro, exdirectora de Economía, Igualdad y Género en Argentina durante el evento DMI Decididas.

 

De acuerdo a la ONU Mujeres, las mujeres siguen ganando en todo el mundo un 24% menos que los hombres en el mercado de trabajo. Todavía la igualdad de género ante la ley no siempre se lleva a la práctica. Aunque más de 140 países garantizan la igualdad de género en sus constituciones, las mujeres enfrentan desigualdades directas e indirectas a través de leyes, políticas, estereotipos y prácticas sociales. Sin embargo, por razones económicas y sociales, ha aumentado el interés de los inversionistas en cómo incentivar la diversidad de género en los directorios, la alta dirección y otros niveles gerenciales. La crisis financiera mundial fue un punto de inflexión para las expectativas de crecimiento mundial a largo plazo. Sí se tiene la expectativa de que habrá un crecimiento que está siendo desperdiciado por no incorporar a las mujeres en la economía global, se está viendo, más allá de un tema humanitario, como un tema de alta relevancia economía

 

En términos de liderazgo, queda un largo camino por recorrer. Las mujeres ocupan solo 18% de los cargos ministeriales, 24% de los parlamentarios a nivel internacional, y sólo 34% de los cargos gerenciales. En términos más amplios de poder económico, continúan muy detrás de los hombres respecto al control de sus activos financieros y el tiempo consagrado a los quehaceres domésticos y otras tareas no remuneradas. Líderes han comentado en este aspecto que lo que se necesita es estar en dichos espacios de toma de decisión, ya sea gubernamental o en las mismas empresas. La manera de poder impulsar la transformación va a ser en redes, llevando la voz de aquellas que no entran a universidades o carreras profesionales, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional.

 

En este sentido, el IMCO propone cinco ejes principales para avanzar en el cierre de la brecha salarial de género: Romper con la segregación ocupacional por género, realizar un autodiagnóstico de la brecha salarial entre hombres y mujeres en el ámbito laboral, avanzar hacia la transparencia salarial en el lugar de trabajo, eliminar prácticas que puedan perpetuar la desigualdad de ingresos en el mercado laboral y aplicar políticas que fomenten la conciliación de la vida laboral y familiar de los empleados y empleadas para mejorar la calidad del empleo. 


Como parte de los retos para poder avanzar se requerirá la ayuda y trabajo, tanto de las partes públicas como privadas del país. El logro de la igualdad y el empoderamiento de las mujeres representa un desafío que implica realizar esfuerzos mayores que van desde las adecuaciones a los marcos jurídicos y reorientar las políticas públicas, hasta promover un profundo cambio cultural para erradicar la discriminación contra mujeres y niñas en todas las esferas del ámbito público y privado.

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